El del confinamiento saludable
A todos nos han cambiado los planes de repente. Ese viaje en familia para disfrutar de la Semana Santa de Málaga, la fiesta sorpresa del abuelo por su cumpleaños o el «todo incluido» en el balneario que nos trajeron los reyes, por poner algún ejemplo. Nada, de todo eso nada, de momento. El mundo se ha parado y nosotros con él. Y ahora nos toca adaptarnos, por un periodo de tiempo, a tal excepcional situación.
El confinamiento decretado por el Gobierno de España abre paso a un nuevo escenario para los que estamos acostumbrados a socializar y relacionarnos con la gente en el trabajo, en las calles o en los bares. Un estadio que nos obliga a seguir con nuestra vida pero sin salir de casa. Algo nuevo para nosotros y, como todo lo nuevo, asusta. Asusta porque estamos ante lo desconocido, pero lo desconocido puede traer un mejor conocimiento sobre nosotros y ahí está la parte positiva de toda esta situación.
Ante esta situación podemos sacar el lado positivo e intentar conocernos mejor. Un buen plan sería dejarnos de excusas y leer por fin ese libro con el marcapáginas por la número diez. O ir anotando en un diario cómo estamos pasando estos días. Hacer este tipo de actividades placenteras antes de ir a dormir nos permite descansar más tranquilos, tener la mente más despejada y ser más positivos.
También es una oportunidad para conocer nuestro descanso, ya que es algo que hacemos por inercia y ahora tenemos tiempo para entrenarlo, para trabajarlo. Unos pequeños ajustes en el dormitorio nos pueden poner en ventaja en materia de descanso: la ropa de cama blanca, ordenar el dormitorio, aromatizar la habitación o despertar con la luz del día aumentan el estado de bienestar y, por tanto, nuestra felicidad.