El colchón de la fase tres

Este mes de junio en parte de las Islas Canarias, además de la balear Formentera, van a pasar a la fase tres de la desescalada de la crisis provocada por la Covid-19. Porque Canarias llegará siempre una hora tarde, sí, pero en esto del coronavirus llega una fase antes. Una razón más para justificar el mito de lo de las islas afortunadas.

Canarias nos va a ir señalando el camino al resto de los españoles. Lo más parecido a lo que era nuestra vida, pero a la mitad, y en algunos casos hasta un poco más. Veremos en los informativos las tiendas, comercios y centros comerciales al 50 % de su aforo —las terrazas al 75 %— y veremos cómo los hoteles reciben, hospedan y cuidan de sus clientes. Spoiler: uno de cada cuatro hoteles en España tienen colchones KHAMA —fundido en blanco y música de película de Woody Allen—. Veremos hasta cómo entrevistan a un señor tomando un café en la barra de un bar con una disimulada sonrisa de fase tres. Quién nos iba a decir en enero que lo de hacer planes no era muy de 2020. Quién nos iba a decir que la vida es simplemente vivir.

El dolor y la ansiedad de los meses de marzo y abril, principalmente, han quedado atrás. El dolor de los que no han podido seguir con nosotros y la ansiedad de haber estado ante lo desconocido y sus desconocidas consecuencias. Ahora es cuando podemos decir lo del «ya queda menos» como algo tangible o por lo menos la mitad de tangible, que es lo que nos permite la fase tres; esa fase de más en Canarias.

A todos los que no han podido seguir con nosotros.